martes, 24 de noviembre de 2009
sábado, 21 de noviembre de 2009
viernes, 20 de noviembre de 2009
Miami Art Guide Newsletter 0091
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Feria internacional de arte de Miami MIA
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jueves, 19 de noviembre de 2009
Inauguración AISLADOS / CAUTIVERO de aisen Chacin
Tiene el agrado de invitarle
a la Inauguración de la Exposición
AISLADOS / CAUTIVERIO
de la artista
Aisen Chacin
Sábado 21 de Noviembre, '09
9:00 p.m.
Calle Bolívar con Calle Instrucción Quinta La Casona.
El Hatillo.
Teléfono: 9610023. Fax: 9613692.
http://www.39galeria.blogspot.com/
Directores:
Luisa Elena Sánchez
Juan Carlos Lazo
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Galería 39
Calle Bolívar con Calle Instrucción. Quinta La Casona. El Hatillo.
Teléfono: 9610023. Fax: 9613692. 39galeria@gmail.com
http://www.39galeria.blogspot.com/
Horario:
Martes a viernes - 10am - 1pm / 3pm - 6pm
Sábados - 11am - 5pm
Domingos - 11am - 3pm
martes, 17 de noviembre de 2009
Los artistas no son gente distinta a los demás
Los artistas no son gente distinta a los demásROSA MONTERO 15/11/2009 Me aburren profundamente los numerosos tópicos y malentendidos que se generan en torno a la figura del artista, y en concreto de los escritores, que es lo que me atañe más de cerca. Por un lado se supone que el escritor es un ser distinto y especial, una persona iluminada y sabia siempre acariciada por el aleteo fulgurante de las Musas. Esta idea ridículamente sublime del creador es el origen de muchas decepciones, como cuando un buen novelista resulta ser en persona un miserable (ocurre) o cuando se les pide a los literatos opiniones sobre cualquier cosa cual si fueran el oráculo de Delfos, y al abrir la boca dichos literatos empiezan a soltar mentecateces, porque nadie puede ser un experto al mismo tiempo en economía, sindicalismo agrario, rock progresivo, apicultura e incursiones bélicas, por poner un ejemplo. "Escribir es una forma de ser, una manera de vivir, un oficio que se pule y se aprende" Otro lugar común ampliamente extendido dicta que el artista ha de ser desgraciado hasta las cachas y que no puedes escribir nada medianamente bueno si no estás sufriendo como un perro. De hecho se suele mencionar una dicotomía totalmente falsa entre la vida y la obra, como si escoger la escritura fuera renunciar a vivir y meterse en un destino de anacoreta, cuando en realidad es justo al contrario, en realidad escribir es vivir, y hablo de una vida de primera calidad. Una buena vida, una actividad por lo general gratificante, incluso si eres un mal novelista. Porque esa es otra de las confusiones: la gente piensa que sólo los buenos escritores son escritores, pero no es así, de la misma manera que también son abogados los malos abogados. Quiero decir que escribir es una forma de ser, una manera de vivir, pero también un oficio que se pule y se aprende y se desarrolla. Ser novelista, especialmente, es un trabajo modesto y fabril, una actividad tenaz de picapedrero. Las Musas no existen y la inspiración es un fogonazo del inconsciente que se suele conseguir con mucho esfuerzo. Como decía Picasso, que la inspiración te pille trabajando. Y también decía (Picasso fue una mina de citas célebres): "El arte es un 1% de inspiración y un 99% de perspiración". Aunque creo que esta última frase era originalmente de Edison y se refería a la invención. Los artistas, en fin, déjenme decir una obviedad, no son gente distinta a los demás. Pero si por un lado existen todos estos tópicos rutilantes sobre los creadores, luego resulta que en la realidad a los autores se les trata como una basurilla. Como bufones de la sociedad, esclavos sin sueldo para el placer del público. Realmente no me explico cómo al personal le cuesta tantísimo entender que los derechos de autor son una cuestión de justicia elemental. La gente, cuando habla de cultura, se suele llenar la boca de grandes palabras, y al hacerlo habitualmente confunde el derecho al acceso a la cultura, con el que todos estamos de acuerdo, con la idea de cultura gratis, un concepto vidrioso que siempre acaban pagando los autores. Qué curioso que, en este mundo en el que todo se mide por lo económico, resulte tan difícil entender que las actividades creativas son un trabajo que también debe pagarse. A veces pienso que se fomenta esa idea ridícula del creador como ser especial justamente para despojarle de sus derechos laborales. Como si el sucio dinero manchara las níveas vestiduras de las Musas. Pero no nos parece que el dinero pervierta la vocación hipocrática de los médicos, por ejemplo (comprendemos que cobren). Y además, ya hemos dicho que las Musas no existen. Resulta que el 3,5% del PIB español viene de actividades relacionadas con la propiedad intelectual. Y de eso, el 1,21% procede del sector del libro. Quiero decir que es algo que mueve muchísimo dinero. ¿Y van a ser los primeros generadores de todo ese caudal quienes queden esquilmados? Cuando algunos piden la gratuidad de los contenidos culturales, ¿por qué ni se les ocurre exigir que sean gratis los bienes y servicios que te permiten llegar a esos contenidos? Es decir: queremos que la novela que nos descargamos no cueste ni un duro, pero pagamos religiosamente nuestros ordenadores, o la hora de enganche en un cibercafé. Las nuevas tecnologías posibilitan el acceso a los textos de muchas maneras: por el escaneo, con las fotocopias... Es simplemente elemental, un evidente derecho del autor, que se regule ese acceso, que se estipule un precio, unas licencias, una forma de respetar la propiedad intelectual. De la misma manera que se respeta cualquier otro trabajo. El derecho al acceso a la cultura nunca puede ser ejercido cabalgando en los riñones de los autores (normalmente magros, dicho sea de paso). Como es natural, los artistas quieren poder vivir de su oficio. Ya está dicho que son gente como los demás. También en eso. |
Art Basel Miami Beach | Los puntos destacados de la octava edición de la exposición de arte más prestigiosa de América
Los puntos destacados de la octava edición de la exposición de arte más prestigiosa de AméricaMuy señora mía: Muy señor mío: Del 3 al 6 de diciembre de 2009, Miami Beach, Florida, acogerá a la 8va edición de Art Basel Miami Beach, la exposición internacional de arte. En ella participarán más de 250 destacadas galerías de EE.UU., Europa, América Latina, Asia y África. Elegidas por renombrados galeristas del Selection Committee (comité de selección) de Art Basel Miami Beach, las galerías exhibirán trabajos de más de 2.000 artistas de los siglos 20 y 21. Hay secciones especiales dedicadas a trabajos de arte muy recientes, exhibiciones curadas, performances y arte en espacios públicos. Este año, se rediseñará extensamente el trazado de Art Basel Miami Beach, lo que incluye espacios más grandes para muchas galerías y una nueva distribución diseñada para mejorar la exhibición de las galerías y la experiencia de los visitantes dentro del centro de convenciones. Art Galleries, la sección principal de la exposición, contará con la presencia de más de 180 galerías provenientes de todos los continentes. |
sábado, 14 de noviembre de 2009
Video documental: HIERROS Y EPIFANIAS DE Alberto Cavalieri
viernes, 13 de noviembre de 2009
Vargas Llosa y Millenium
EL PAÍS
domingo 6 de septiembre de 2009
Una crítica de Millenium por Mario Vargas Llosa
Repito, sin ninguna vergüenza: fantástica. La novela no está bien escrita (o acaso en la traducción el abuso de jerga madrileña en boca de los personajes suecos suena algo falsa) y su estructura es con frecuencia defectuosa, pero no importa nada, porque el vigor persuasivo de su argumento es tan poderoso y sus personajes tan nítidos, inesperados y hechiceros que el lector pasa por alto las deficiencias técnicas, engolosinado, dichoso, asustado y excitado con los percances, las intrigas, las audacias, las maldades y grandezas que a cada paso dan cuenta de una vida intensa, chisporroteante de aventuras y sorpresas, en la que, pese a la presencia sobrecogedora y ubicua del mal, el bien terminará siempre por triunfar.
La novelista de historias policiales Donna Leon calumnió a Millennium afirmando que en ella sólo hay maldad e injusticia. ¡Vaya disparate! Por el contrario, la trilogía se encuadra de manera rectilínea en la más antigua tradición literaria occidental, la del justiciero, la del Amadís, el Tirante y el Quijote, es decir, la de aquellos personajes civiles que, en vista del fracaso de las instituciones para frenar los abusos y crueldades de la sociedad, se echan sobre los hombros la responsabilidad de deshacer los entuertos y castigar a los malvados. Eso son, exactamente, los dos héroes protagonistas, Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist: dos justicieros. La novedad, y el gran éxito de Stieg Larsson, es haber invertido los términos acostumbrados y haber hecho del personaje femenino el ser más activo, valeroso, audaz e inteligente de la historia y de Mikael, el periodista fornicario, un magnífico segundón, algo pasivo pero simpático, de buena entraña y un sentido de la decencia infalible y poco menos que biológico.
¡Qué sería de la pobre Suecia sin Lisbeth Salander, esa hacker querida y entrañable! El país al que nos habíamos acostumbrado a situar, entre todos los que pueblan el planeta, como el que ha llegado a estar más cerca del ideal democrático de progreso, justicia e igualdad de oportunidades, aparece en Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire, como una sucursal del infierno, donde los jueces prevarican, los psiquiatras torturan, los policías y espías delinquen, los políticos mienten, los empresarios estafan, y tanto las instituciones y el establishment en general parecen presa de una pandemia de corrupción de proporciones priístas o fujimoristas. Menos mal que está allí esa muchacha pequeñita y esquelética, horadada de colguijos, tatuada con dragones, de pelos puercoespín, cuya arma letal no es una espada ni un revólver sino un ordenador con el que puede convertirse en Dios -bueno, en Diosa-, ser omnisciente, ubicua, violentar todas las intimidades para llegar a la verdad, y enfrentarse, con esa desdeñosa indiferencia de su carita indócil con la que oculta al mundo la infinita ternura, limpieza moral y voluntad justiciera que la habita, a los asesinos, pervertidos, traficantes y canallas que pululan a su alrededor.
La novela abunda en personajes femeninos notables, porque en este mundo, en el que todavía se cometen tantos abusos contra la mujer, hay ya muchas hembras que, como Lisbeth, han conquistado la igualdad y aun la superioridad, invirtiendo en ello un coraje desmedido y un instinto reformador que no suele ser tan extendido entre los machos, más bien propensos a la complacencia y el delito. Entre ellas, es difícil no tener sueños eróticos con Monica Figuerola, la policía atleta y giganta para la que hacer el amor es también un deporte, tal vez más divertido que los aerobics pero no tanto como el jogging. Y qué decir de la directora de la revista Millennium, Erika Berger, siempre elegante, diestra, justa y sensata en todo lo que hace, los reportajes que encarga, los periodistas que promueve, los poderosos a los que se enfrenta, y los polvos que se empuja con su esposo y su amante, equitativamente. O de Susanne Linder, policía y pugilista, que dejó la profesión para combatir el crimen de manera más contundente y heterodoxa desde una empresa privada, la que dirige otro de los memorables actores de la historia, Dragan Armanskij, el dueño de Milton Security.
La novela se mueve por muy distintos ambientes, millonarios, rufianes, jueces, policías, industriales, banqueros, abogados, pero el que está retratado mejor y, sin duda, con conocimiento más directo por el propio autor -que fue reportero profesional- es el del periodismo. La revista Millennium es mensual y de tiraje limitado. Su redacción, estrecha y para el número de personas que trabajan en ella sobran los dedos de una mano. Pero al lector le hace bien, le levanta el ánimo entrar a ese espacio cálido y limpio, de gentes que escriben por convicción y por principio, que no temen enfrentar enemigos poderosísimos y jugarse la vida si es preciso, que preparan cada número con talento y con amor y el sentimiento de estar suministrando a sus lectores no sólo una información fidedigna, también y sobre todo la esperanza de que, por más que muchas cosas anden mal, hay alguna que anda bien, pues existe un órgano de expresión que no se deja comprar ni intimidar, y trata, en todo lo que publica e investiga, de deslindar la verdad entre las sombras y veladuras que la ocultan.
Si uno toma distancia de la historia que cuentan estas tres novelas y la examina fríamente, se pregunta: ¿cómo he podido creer de manera tan sumisa y beata en tantos hechos inverosímiles, esas coincidencias cinematográficas, esas proezas físicas tan improbables? La verosimilitud está lograda porque el instinto de Stieg Larsson resultaba infalible en adobar cada episodio de detalles realistas, direcciones, lugares, paisajes, que domicilian al lector en una realidad perfectamente reconocible y cotidiana, de manera que toda esa escenografía lastrara de realidad y de verismo el suceso notable, la hazaña prodigiosa. Y porque, desde el comienzo de la novela, hay unas reglas de juego en lo que concierne a la acción que siempre se respetan: en el mundo de Millennium lo extraordinario es lo ordinario, lo inusual lo usual y lo imposible lo posible.
Como todas las grandes historias de justicieros que pueblan la literatura, esta trilogía nos conforta secretamente haciéndonos pensar que tal vez no todo esté perdido en este mundo imperfecto y mentiroso que nos tocó, porque, acaso, allá, entre la "muchedumbre municipal y espesa", haya todavía algunos quijotes modernos, que, inconspicuos o disfrazados de fantoches, otean su entorno con ojos inquisitivos y el alma en un puño, en pos de víctimas a las que vengar, daños que reparar y malvados que castigar. ¡Bienvenida a la inmortalidad de la ficción, Lisbeth Salander!
© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2009.© Mario Vargas Llosa, 2009.
martes, 10 de noviembre de 2009
Moises Naim / Sorpresas tras la caída del Muro
Sorpresas tras la caída del Muro de Berlin
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Sorpresas/caida/Muro/elpepiint/20091108elpepiint_10/Tes
lunes, 9 de noviembre de 2009
USB en Breve: Crisis eléctrica
La crisis del sector eléctrico nacional no será corta, durará al menos cinco
años, el mínimo de tiempo requerido para que el gobierno ponga en ejecución
los planes y haga las inversiones necesarias para lograr la confiabilidad
del sistema eléctrico.
José Manuel Aller, profesor de Ingeniería Eléctrica de la USB, explica que
para lograr la confiabilidad que actualmente no tiene el sistema eléctrico
venezolano, se necesita producir 30 por ciento más de la energía eléctrica
que el país va a consumir; sólo así el sistema podrá soportar las
perturbaciones que normalmente ocurren. "Los sistemas tienen que soportar no
solamente una perturbación, sino perturbaciones simultáneas -una línea fuera
de servicio, una falla en una subestación y un bote de carga por otro lado,
por ejemplo-, en este momento nuestro sistema no las soporta porque trabaja
al borde, en una situación demasiado crítica".
En opinión del profesor Aller, la crisis actual envuelve varios problemas,
uno de estos es que durante más de diez años no se han acometido las
inversiones mínimas que requiere el sector, no se han hecho obras nuevas, ni
termoeléctricas ni hidroeléctricas de importancia, ni se ha renovado el
parque generador. "Y no ha sido por falta de planificación. El gobierno,
entes privados y las mismas universidades, tienen elaborados una serie de
documentos que contienen información que permite predecir cuál será el
comportamiento de la demanda". Texto completo
http://elpapeldelabolivar.dsm.usb.ve/index.php?id=7298.
30 años de arte latinoamericano en Sotheby's
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