Ensayo del escritor y poeta colombiano William Ospina sobre la obra escultórica en piedra del maestro y escultor colombiano Hugo Zapata cuya obra es bastante conocida en Venezuela a través de sus exposiciones en museos, galerías y ferias de arte y coleccionistas.
ZAPATA y la piedra - William Ospina
Artículos sobre Artes Plásticas, Literatura,Música y Cultura General. Invitaciones a eventos o exposiciones, y en particular sobre El Museo Vial de la Isla de Margarita
sábado, 29 de septiembre de 2007
viernes, 21 de septiembre de 2007
REPORTAJE : ESCULTURA AL AIRE LIBRE
LA CIUDAD Y SUS FANTASMAS DE PIEDRA.
Javier Maderuelo, 21/07/2007
El debate sobre la función del arte público ha cobrado nueva fuerza en los últimos tiempos. Ante los atropellos y horrores estéticos que se multiplican en los centros urbanos, surgen iniciativas en países como Alemania (Münster) o Francia (Nantes, Toulouse), que este verano instalan al aire libre obras creadas para convivir con los ciudadanos. En España ha habido algunas iniciativas interesantes, pero la falta de un programa monumental bien diseñado convierte las urbes en caóticos batiburrillos.
En 1891, Émile Zola, como presidente de la Société des Gents de Lettres, encargó al prestigioso escultor Auguste Rodin la realización de un monumento dedicado al novelista Balzac, para ser ubicado en la galería de Orléans del Palais Royal de París. Cuando Rodin presentó en público, siete años después, un yeso en el Salón de 1898, la obra fue rechazada con las críticas más agrias que se puedan imaginar. Esta obra, de compleja y tenaz gestación, pretendía acercar el milenario y clásico arte de la escultura hasta los umbrales de la modernidad. Las críticas y el rechazo recibidos por este monumento supusieron el cierre simbólico del ciclo de la estatuaria pública, aunque la inercia haya seguido colocando en las calles y plazas efigies de políticos bronceados y petrificados, a pie o a caballo. Con el rechazo de esta obra se puso de manifiesto no sólo la crisis de la lógica del monumento urbano sino también la propia escultura como categoría artística, pasando la estatuaria casi a desaparecer a principios del siglo XX al ser arrollada por los innovadores aires de las vanguardias.
Algunos escasos trabajos son paradigmáticos de lo que debería ser una obra que dialoga con el espacio urbano. El monigote paticorto, el objeto absurdamente agigantado y el bodrio irreferencial son lo más recurrente
Los nuevos escultores vanguardistas abandonaron la masa y el volumen, la piedra y el bronce para flirtear con los temas, formas y pequeños tamaños de la pintura, experimentando con materiales novedosos y poniendo la mirada en el mercado privado del arte que se genera en torno a las galerías. Por su parte, la ciudad de la modernidad, inspirada en los principios higienistas y funcionales que se plasmarán en la Carta de Atenas (1933), rechaza la estatuaria y los efectos decorativos, abogando por una arquitectura desornamentada.
Cuando la insatisfacción existencial se apoderó de los ciudadanos apilados en los nuevos barrios periféricos que invaden los extrarradios de las urbes y cuando el centro histórico de las viejas ciudades ha sido usurpado por los automóviles y la publicidad, algunos ayuntamientos intentaron recurrir a los artistas para mejorar la imagen urbana, encargando fuentes, estatuas y elementos alegóricos. Pero para entonces, el tiempo que había transcurrido desde el rechazo de la obra de Rodin era ya muy largo y no había pasado en balde. Para entonces se había perdido el oficio de crear monumentos públicos y los artistas formados en la vanguardia no dominaban aquellas cualidades, como el tamaño, la escala, la ubicuidad y la buena presencia, que permitieron a las esculturas del pasado ser monumentales.
Por el contrario, la mayoría de las esculturas para espacios públicos surgidas después de la Segunda Guerra Mundial parecen lamentables y no terminan de satisfacer ni a los comitentes ni a los ciudadanos. Son fantasmas inexpresivos, carentes de significados y emotividad, de presencia visual y de materialidad física, de buena forma, que ocupan espacios inoportunos de manera inadecuada. Por eso los escultores más sensatos huyeron entonces de los encargos públicos ya que éstos aparecían, además, lastrados con el estigma del favoritismo político. Así las cosas, en los años setenta del pasado siglo, comienza a crearse un estado de concienciación sobre el problema del arte público. Artistas del pop art, como Claes Oldenburg, hacen con su obra burla expresa de lo monumental al agigantar elementos banales relacionados con la comida o el sexo; por su parte, Richard Serra comienza a realizar obras de grandes dimensiones para lugares específicos que dialogan con el entorno en el que se ubican; otros, como Daniel Buren, pretenden la gran escala urbana ocupando con su trabajo el espacio público; mientras tanto, hay artistas que intentan recuperar los significados a través de la conmemoración, como hace Maya Lin; también los hay que reclaman la funcionalidad para la escultura, descendiendo a diseñar bancos, marquesinas, escaleras, miradores y otros elementos urbanos y, como Siah Armajani, teorizan sobre lo público como valor democrático, y, por último, hay artistas que directamente toman la calle como marco de acciones efímeras, festivas o reivindicativas.
Desde los años setenta, miles de encargos públicos han permitido desarrollar un extenso arco de posibilidades, desde las obras creadas para resolver problemas específicos en lugares concretos de la ciudad hasta las que se pueden ubicar en cualquier lugar, ya que han sido creadas autónomamente, o aquellas que, carentes de forma o propósito, parecen desplomarse tanto literal como simbólicamente. Algunos escasos trabajos son paradigmáticos de lo que debería ser una obra que dialoga con el espacio urbano, lo sirve y lo mejora, ayudando a valorar sus posibilidades, tomemos como muestra Ma'alot, de Dany Karavan, que configura el espacio entre el Museo Ludwig, la catedral y el río Rin, en Colonia; o la plaza del Tenis, con El Peine de los Vientos, de Luis Peña Ganchegui y Eduardo Chillida, en San Sebastián, donde el plano horizontal de la plaza, con sus gradas y terrazas de pautado granito, se pliega al terreno dialogando con la roca descarnada y las gigantes olas del mar.
Pero obras como éstas son la excepción. El monigote paticorto, el objeto absurdamente agigantado, la figura kitsch y el bodrio irreferencial son los elementos más recurrentes. Para acumular experiencia y superar esta situación han surgido iniciativas como la exposición Skulptur Projekte in Münster, en 1977, que invita cada diez años a escultores de diferentes tendencias a reflexionar sobre el espacio público en la hermosa ciudad alemana de Münster, ubicando en ella una obra de cada uno de forma temporal, ahora en su cuarta convocatoria sigue siendo un referente mundial, de la misma manera que lo fue el programa de monumentalización de la periferia de Barcelona, impulsado por Oriol Bohigas, que permitió a diferentes artistas crear piezas de gran tamaño en lugares públicos mejorando así su imagen y resolviendo algunos problemas urbanos, como sucede con una obra ejemplar: la mediana de la avenida de Río de Janeiro, del escultor Roqué con los arquitectos Paloma Bardají y Carles Teixidó. Esta obra, de 306 metros de longitud, es un muro de entibación que hace de mediana en dicha avenida, ese muro, con sus rampas y escaleras, ha sido tratado con formas, volúmenes, materiales y texturas como si se tratara de una enorme escultura.
Otras ciudades, como Santo Tirso, en Portugal, realizan simposios internacionales de escultores, por medio de los cuales se dotan de obras de carácter permanente para sus parques, mientras que en Porto Alegre do Sul, Brasil, se reúne este verano un grupo de expertos para analizar la situación del arte público. A través de encuentros, reuniones, cursos y simposios se avanza en el conocimiento de este difícil tema. Así, algunas piezas, como los inmensos arcos de la avenida de la Ilustración de Madrid, obra de Andreu Alfaro, han sabido recuperar la escala monumental y convertirse en un hito visual en un barrio que carece de carácter, dotando al enclave, formado por grandes vías rápidas, de una seña de identidad. Otras, como la fuente apodada La pantera rosa, en Valencia, obra de Miquel Navarro, renueva la tradición de la conmemoración de los fontanones con los que se celebraban las traídas de agua a la ciudad. Pero, por lo general, la mayoría de las ciudades españolas carecen de un programa monumental, de unos criterios de estética urbana y, sobre todo, sus ediles demuestran la falta de sensibilidad artística y sentido común. Los despropósitos en España son de tal calibre que nos permitirían establecer una lista de las capitales de la ignominia, en la que Oviedo, Valladolid y Madrid coparían los primeros puestos.
La ciudadanía, que parece indiferente ante los continuados atropellos de los gestores municipales, se ha movilizado en diferentes ocasiones frente a la cacharrería municipal, recuérdense las manifestaciones callejeras, organizadas por el Club de Debates Urbanos, contra los chirimbolos y contra La violetera en Madrid, lo que ha conducido a solicitar, en diferentes momentos, una moratoria contra la escultura pública.
En 1891, Émile Zola, como presidente de la Société des Gents de Lettres, encargó al prestigioso escultor Auguste Rodin la realización de un monumento dedicado al novelista Balzac, para ser ubicado en la galería de Orléans del Palais Royal de París. Cuando Rodin presentó en público, siete años después, un yeso en el Salón de 1898, la obra fue rechazada con las críticas más agrias que se puedan imaginar. Esta obra, de compleja y tenaz gestación, pretendía acercar el milenario y clásico arte de la escultura hasta los umbrales de la modernidad. Las críticas y el rechazo recibidos por este monumento supusieron el cierre simbólico del ciclo de la estatuaria pública, aunque la inercia haya seguido colocando en las calles y plazas efigies de políticos bronceados y petrificados, a pie o a caballo. Con el rechazo de esta obra se puso de manifiesto no sólo la crisis de la lógica del monumento urbano sino también la propia escultura como categoría artística, pasando la estatuaria casi a desaparecer a principios del siglo XX al ser arrollada por los innovadores aires de las vanguardias.
Algunos escasos trabajos son paradigmáticos de lo que debería ser una obra que dialoga con el espacio urbano. El monigote paticorto, el objeto absurdamente agigantado y el bodrio irreferencial son lo más recurrente
Los nuevos escultores vanguardistas abandonaron la masa y el volumen, la piedra y el bronce para flirtear con los temas, formas y pequeños tamaños de la pintura, experimentando con materiales novedosos y poniendo la mirada en el mercado privado del arte que se genera en torno a las galerías. Por su parte, la ciudad de la modernidad, inspirada en los principios higienistas y funcionales que se plasmarán en la Carta de Atenas (1933), rechaza la estatuaria y los efectos decorativos, abogando por una arquitectura desornamentada.
Cuando la insatisfacción existencial se apoderó de los ciudadanos apilados en los nuevos barrios periféricos que invaden los extrarradios de las urbes y cuando el centro histórico de las viejas ciudades ha sido usurpado por los automóviles y la publicidad, algunos ayuntamientos intentaron recurrir a los artistas para mejorar la imagen urbana, encargando fuentes, estatuas y elementos alegóricos. Pero para entonces, el tiempo que había transcurrido desde el rechazo de la obra de Rodin era ya muy largo y no había pasado en balde. Para entonces se había perdido el oficio de crear monumentos públicos y los artistas formados en la vanguardia no dominaban aquellas cualidades, como el tamaño, la escala, la ubicuidad y la buena presencia, que permitieron a las esculturas del pasado ser monumentales.
Por el contrario, la mayoría de las esculturas para espacios públicos surgidas después de la Segunda Guerra Mundial parecen lamentables y no terminan de satisfacer ni a los comitentes ni a los ciudadanos. Son fantasmas inexpresivos, carentes de significados y emotividad, de presencia visual y de materialidad física, de buena forma, que ocupan espacios inoportunos de manera inadecuada. Por eso los escultores más sensatos huyeron entonces de los encargos públicos ya que éstos aparecían, además, lastrados con el estigma del favoritismo político. Así las cosas, en los años setenta del pasado siglo, comienza a crearse un estado de concienciación sobre el problema del arte público. Artistas del pop art, como Claes Oldenburg, hacen con su obra burla expresa de lo monumental al agigantar elementos banales relacionados con la comida o el sexo; por su parte, Richard Serra comienza a realizar obras de grandes dimensiones para lugares específicos que dialogan con el entorno en el que se ubican; otros, como Daniel Buren, pretenden la gran escala urbana ocupando con su trabajo el espacio público; mientras tanto, hay artistas que intentan recuperar los significados a través de la conmemoración, como hace Maya Lin; también los hay que reclaman la funcionalidad para la escultura, descendiendo a diseñar bancos, marquesinas, escaleras, miradores y otros elementos urbanos y, como Siah Armajani, teorizan sobre lo público como valor democrático, y, por último, hay artistas que directamente toman la calle como marco de acciones efímeras, festivas o reivindicativas.
Desde los años setenta, miles de encargos públicos han permitido desarrollar un extenso arco de posibilidades, desde las obras creadas para resolver problemas específicos en lugares concretos de la ciudad hasta las que se pueden ubicar en cualquier lugar, ya que han sido creadas autónomamente, o aquellas que, carentes de forma o propósito, parecen desplomarse tanto literal como simbólicamente. Algunos escasos trabajos son paradigmáticos de lo que debería ser una obra que dialoga con el espacio urbano, lo sirve y lo mejora, ayudando a valorar sus posibilidades, tomemos como muestra Ma'alot, de Dany Karavan, que configura el espacio entre el Museo Ludwig, la catedral y el río Rin, en Colonia; o la plaza del Tenis, con El Peine de los Vientos, de Luis Peña Ganchegui y Eduardo Chillida, en San Sebastián, donde el plano horizontal de la plaza, con sus gradas y terrazas de pautado granito, se pliega al terreno dialogando con la roca descarnada y las gigantes olas del mar.
Pero obras como éstas son la excepción. El monigote paticorto, el objeto absurdamente agigantado, la figura kitsch y el bodrio irreferencial son los elementos más recurrentes. Para acumular experiencia y superar esta situación han surgido iniciativas como la exposición Skulptur Projekte in Münster, en 1977, que invita cada diez años a escultores de diferentes tendencias a reflexionar sobre el espacio público en la hermosa ciudad alemana de Münster, ubicando en ella una obra de cada uno de forma temporal, ahora en su cuarta convocatoria sigue siendo un referente mundial, de la misma manera que lo fue el programa de monumentalización de la periferia de Barcelona, impulsado por Oriol Bohigas, que permitió a diferentes artistas crear piezas de gran tamaño en lugares públicos mejorando así su imagen y resolviendo algunos problemas urbanos, como sucede con una obra ejemplar: la mediana de la avenida de Río de Janeiro, del escultor Roqué con los arquitectos Paloma Bardají y Carles Teixidó. Esta obra, de 306 metros de longitud, es un muro de entibación que hace de mediana en dicha avenida, ese muro, con sus rampas y escaleras, ha sido tratado con formas, volúmenes, materiales y texturas como si se tratara de una enorme escultura.
Otras ciudades, como Santo Tirso, en Portugal, realizan simposios internacionales de escultores, por medio de los cuales se dotan de obras de carácter permanente para sus parques, mientras que en Porto Alegre do Sul, Brasil, se reúne este verano un grupo de expertos para analizar la situación del arte público. A través de encuentros, reuniones, cursos y simposios se avanza en el conocimiento de este difícil tema. Así, algunas piezas, como los inmensos arcos de la avenida de la Ilustración de Madrid, obra de Andreu Alfaro, han sabido recuperar la escala monumental y convertirse en un hito visual en un barrio que carece de carácter, dotando al enclave, formado por grandes vías rápidas, de una seña de identidad. Otras, como la fuente apodada La pantera rosa, en Valencia, obra de Miquel Navarro, renueva la tradición de la conmemoración de los fontanones con los que se celebraban las traídas de agua a la ciudad. Pero, por lo general, la mayoría de las ciudades españolas carecen de un programa monumental, de unos criterios de estética urbana y, sobre todo, sus ediles demuestran la falta de sensibilidad artística y sentido común. Los despropósitos en España son de tal calibre que nos permitirían establecer una lista de las capitales de la ignominia, en la que Oviedo, Valladolid y Madrid coparían los primeros puestos.
La ciudadanía, que parece indiferente ante los continuados atropellos de los gestores municipales, se ha movilizado en diferentes ocasiones frente a la cacharrería municipal, recuérdense las manifestaciones callejeras, organizadas por el Club de Debates Urbanos, contra los chirimbolos y contra La violetera en Madrid, lo que ha conducido a solicitar, en diferentes momentos, una moratoria contra la escultura pública.
Publicado en el periódico El país de España :
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Obreros… parte importante de un gran equipo en la realización del Primer SIEIM 2007 y construcción del Museo Vial.
En el Museo Vial de Margarita: Obreros… parte importante de un gran equipo.
Con total entrega y responsabilidad colaboraron con los escultores, sintiéndose muy motivados al hacer algo diferente y novedoso para ellos que los llevó a preguntar sobre arte e internet. Algunos pidieron que se les ayudásen a abrir correos electrónicos para poder ver las fotografías tomadas y distribuídas a través del internet , y otros solicitaban a sus parientes -- especialmente a sus hijos -- y amigos conocedores de informática que les mostrásen las fotos que llegaban a sus correos.
Su entusiasmo éra contagioso al sentirse que formaban parte del equipo de personas que hacían algo grandioso y bello para su isla y podrían mostrar a sus familias y amigos cuando pasásen por la avenida Luisa Cáceres de Arismendi y dijeran orgullosos "yo ayudé a hacer esa escultura "
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Trabajadores de Talleres Orión contrubuyeron con sus excelentes conocimientos y experiencia en latonería y metales para la realización de cinco esculturas de metal de grandes formato y tamaño.
Luis Láres y Juan Graterol ( el maracucho )
Publicado en el Diario de Caribe el 12/9/2007
El I Simposio Internacional de Escultura que se está celebrando en la isla de Margarita, ha reunido un selecto grupo de figuras de la plástica nacional e internacional que dejarán un invaluable patrimonio cultural para el disfrute de todos… sus ideas, sus mensajes, permanecerán aquí en forma de esculturas como un regalo para muchas generaciones. Todo este evento ha tenido un proceso largo, un equipo grande trabajando en todos los detalles para lograr el objetivo, pero tal vez, pocos de nosotros nos hemos preguntado quienes están detrás de la elaboración de cada pieza. Es justo hacer un reconocimiento al equipo de obreros y técnicos que han participado en este proceso, casi 30 hombres distribuidos en dos talleres y a lo largo de la avenida Luisa Cáceres de Arismendi, quienes día a día con su trabajo han contribuido a hacer realidad este proyecto, incluso algunos de ellos han construido casi en su totalidad algunas obras. Dos de ellos, son obreros sin ninguna experiencia en eventos de este tipo. Luis Láres, margariteño, dedicado desde hace muchos años a la construcción, se incorporó al equipo por petición del escultor Humberto Cazorla. "Hemos trabajado de lunes a lunes, desde la mañana y a veces estamos aquí hasta las 10 y 11 de la noche" dice. -¿Con cual de los artistas te identificaste más?-Con el Sr. Jorge Salas y con el cubano (Consuegra) un señor muy trabajador y educado.-¿Como fue tu experiencia en el Simposio con los escultores?-Buena, ellos crean la pieza pero otra cosa es resolver en la práctica, por ejemplo la Lápida de Jorge Mena pesa más de dos toneladas y media, hubo que ponerle por dentro dos tubos de cuatro pulgadas y dos metros de altura y abajo anclarla en dos tubos de 3 ½ pulgada soldados a una plancha, para poder sostenerla.Por su parte, Juan Graterol (El Maracucho) se siente muy satisfecho de su trabajo y confiesa haber aprendido muchas cosas. "Nunca me imaginé como se hacía una escultura, hemos trabajado con diferentes materiales como concreto, hierro, resina y me siento orgulloso de participar en algo así, que le quedará a la gente de la isla. Cuando paso por allí puedo decirles a mis hijos que yo trabaje en eso. -¿Cuál de las esculturas te dio más trabajo?- La de Nelson Varela, donde he participado bastante, cargue los tubos, los soldé, los pinté, ¡esa pieza la hice yo!, dice entre risas.-¿La pieza más difícil?-La de Abigail Varela, tuve que soldarla y abrir los huecos, al principio tuve miedo de echarla a perder y luego me felicitaron porque quedaron perfectos, me siento emocionado cuando paso por allí y la veo.-¿Cómo ha sido esta convivencia con los artistas?-Bueno imagínate, aquí habían 13 escultores llamando, pidiendo, muchas veces no sabían como resolver un problema y nosotros les hacíamos una sugerencia. Una cosa es traer la maqueta y otra es llevarla a esas dimensiones. Para mover estos tubos de la pieza de Varela necesitábamos una grúa y finalmente los movimos a pulso.Freddy Rodríguez, es el asistente del escultor Abigail Varela desde hace 15 años y ya había trabajado con algunos de los escultores como: Gaudi Este, Nelson Varela y Jorge Mena, sin embargo es la primera vez que hace piezas monumentales. A diferencia de los otros ya tenía experiencia en trabajos con escultura.-¿Como fue tu experiencia en este Simposio?
-La primera semana me sentía chiquitico, fui relacionándome con ellos, estuve al tanto de todo y ayude a solucionar problemas, ya conocía ciertas técnicas, como por ejemplo para dar el acabado a las piezas., Además tengo muchos años trabajando en esto y ya conocía a algunos de los escultores. Soy herrero, a los 14 años comencé a soldar y le tome cariño a mi trabajo, es muy interesante no es solo ponerse una careta y soldar, me gusta trabajar en esto.
-La primera semana me sentía chiquitico, fui relacionándome con ellos, estuve al tanto de todo y ayude a solucionar problemas, ya conocía ciertas técnicas, como por ejemplo para dar el acabado a las piezas., Además tengo muchos años trabajando en esto y ya conocía a algunos de los escultores. Soy herrero, a los 14 años comencé a soldar y le tome cariño a mi trabajo, es muy interesante no es solo ponerse una careta y soldar, me gusta trabajar en esto.
Desirée Depablos
0416 3275476
CORREO DE LA SRA .CLEMENTINA DI RUGGIERO CICENIA de POLITANO SOBRE LA OBRA " BOSQUE DE ENSUEÑO " DEL ESCULTOR NELSÓN VARELA
Estimado William
Te reitero, en unión de mi esposo Wladimiro, las expresiones de sincera
gratitud por todo lo que has hecho, haces y sigues haciendo en pro de cada Escultor y de cada Escultura. Gracias infinitas.
Te reitero, en unión de mi esposo Wladimiro, las expresiones de sincera
gratitud por todo lo que has hecho, haces y sigues haciendo en pro de cada Escultor y de cada Escultura. Gracias infinitas.
La monumental obra de nuestro querido y muy apreciado amigo Nelsón Varela es un canto a la Vida , a la Naturaleza, al respeto que por Ella debemos consagrar . Es una pieza espectacularmente bella y su color blanco , representa la pulcritud que deberíamos conservar al relacionarnos con nuestra Madre Naturaleza. Las ramas de Bambú parecen escaleras luminosas hacia el Cielo ,tal como nosotros cuando erguidos buscamos asirnos a las Fuerzas que estan sobre nosotros para luego... extasiados encontrar las que escondidas estaban dentro de nosotros.
Realmente creo que la Isla de Margarita ha sido mágica inspiradora de cada uno de los Escultores , porque cada obra creada en su tierra encierra un explícito y misterioso mensaje así como un armonioso y sublime esteticismo .
Excelente resultados , felicitaciones William a Ti, a Humberto , a todo el
equipo, dentro y fuera de la Gobernación y a cada Escultor, ahí se quedó el Amor que cada uno sintió al sembrar su escultura en tierra Margariteña.
DIOS TODOPODEROSO te Bendiga con su Equilibrada Y Perfecta Abundancia.
Un fortísimo abrazo
Muy Afectuosamente
Clementina
martes, 11 de septiembre de 2007
Invitación al Sculpture in Public : Part 1, Sculpture Parks and Gardens
| |||||||||||||||||||||||||||
International Sculpture Center | 14 Fairgrounds Rd | Suite B | Hamilton | NJ | 08619 |
HERMOSO CORREO DE LA POETISA MARGARITEÑA MAGALY SALAZAR SANABRIA SOBRE EL MUSEO VIAL
Amigo William :
Gracias por enviarme las fotografías del "Bosque de ensueño" del artista Nelsón Varela. Creo con todo el corazón, que además del encuentro estético con estas esculturas, el mensaje ecológico es muy importante. Acabo de llegar de la Gran Sabana, el lugar de Dios, y recibí la energía y las bendiciones del cosmos y un amor crecido que va desde las hierbas más anónimas hasta la majestuosidad de los ríos, las sabanas, los tepuyes y los bosques, aunque, en medio de tanta belleza, tropecé con latas y botellas vacías dejadas por los que se llaman civilizados. Me encanta el proyecto del Museo Vial y demás está decirle que en lo que yo pueda colaborar, estoy a la orden .
Muchos saludos,
Magaly Salazar Sanabria
http://sieim2007.blogspot.com
lunes, 10 de septiembre de 2007
Instalada en el Museo Vial Obra "' Bosque de Ensueño " del escultor Nelsón Varela
Escultor Nelsón Varela y sus operarios-ayudantes instalaron en el Museo Vial su obra llamada " Un Bosque de Ensueño " . La obra simula un bosque de bamboo blanco. El bamboo es un elemento utilizado por el escultor Varela en muchas de sus obras.En reciente entrevista manifestó :
"En mis comienzos, en los años 70 trabajaba con bambú, sacaba material para hacer mis esculturas y me veía obligado a reproducirlo. En ese tiempo hasta llene la GAN de Bambú que yo mismo sembré y lo mismo hice en otros lugares de Caracas. -¿Como te inicias en la escultura? -Digamos que soy autodidacta, esto se lleva por dentro. Se es o no se es, se nace con esto, el arte viene con uno, lo reconoces, aparece o lo descubres, no se aprende. Se aprende la técnica, pero no la creación. Siempre sentí amor por la observación, soy muy observador, Yo nunca me plantee ser escultor, de repente un día me vi en la encrucijada y tome el camino. - El artista comunica a través de su obra, ¿como llevas ese mensaje que quieres al público? - Tuve la oportunidad de vivir un tiempo con los Guarao y me di cuenta como las petroleras estaban acabado con lo criollo, menguando sus cosas, por ejemplo, sus casas, pasaron de ser palafitos a unas pequeñas y horribles casitas de bloques y sin árboles. Luego de eso cuando llegué a Caracas hice una exposición y realicé una obra, una especie de reclamo, eran unas lanzas que cruzaban toda la sala del museo y se clavaban en la pared, luego trabajé en varias instalaciones en las que tapaba la arquitectura con bambú o cuerdas. -Con esta obra ¿que quieres decirnos? -¡Estamos quedando sin bosques! La pieza se llama Bosque de Ensueño o Sueño de Margarita. Aquí en la isla, yo veo lugares que hace 30 años eran bosques y ahora no existen, a veces ni siquiera hay edificios, han tumbado los árboles por tumbarlos. Es un mensaje ecológico hay, que asumir un pensamiento: si tumbo un árbol debo sembrar 10, pero aquí se tumban 20 y no se siembra ninguno. Entonces ¿Vamos a sembrar bosques como este? Es muy lindo pero es una manifestación, yo quiero ver la isla sembrada de bosques verdes, palmeras y otras especies, vamos a convertir esto no solo en un museo sino en un Parque Botánico -¿Cómo asumiste el reto de trabajar con materiales diferentes a los que estás acostumbrado? -Nunca había hecho una obra totalmente con hierro, lo usaba como sustento o base. Pero me ha gustado, además me encanta la idea de reciclar, en mi trabajo siempre lo hago. A veces tomo una concha de mármol de una mesa o revestimientos de un edificio y los regreso a su origen, incluso ahora, los retazos de la pieza los utilicé para hacer otras de menor formato, no perdí nada. - ¿Cómo fue la experiencia de participar en el Simposio? -Fue formidable, es como cuando uno trabaja en un circo o en una película donde convives un mes o más con un grupo de gente que no solamente son escultores, son los obreros, organizadores, periodistas y se hace una amistad. Creo que mi obra va a ir siempre a la monumentalidad, porque además las participa todo el mundo, las obras de pequeño formato, son para alguien en particular. Esa es la gran diferencia. Estas obras las va a disfrutar un gran cantidad de público, tu puedes hacer una obra pequeña y te imaginas tu chiquitico, allí empieza a funcionar lo que es la monumentalidad ".
domingo, 9 de septiembre de 2007
El próximo año se incorporará la escultura " Columna para Margarita " del escultor alemán Jochen Kitzbihler.
Para el próximo año se incorporará la escultura " Columna para Magarita " del escultor alemán Jochen Kitzbihler. El internacionalmente conocido escultor alemán con amplia obra escultórica pública y privada realizada en
Europa forma parte de los escultores invitados al Primer SIEIM 2007 pero compromisos previos y coincidencias de fechas impidieron su participación pero ya ha acordado con el Ing. William Ramírez Molina--presidente de la comisión organizadora-- su participación en el 2008 con la construcción de una obra en piedra margariteña y en fecha a ser fijada. El sitio para la escultura de Jochen Kitzbihler ya fue seleccionado en el Museo Vial. A continuación algunas fotos de obras realizadas en Europa :
lunes, 3 de septiembre de 2007
Entrevista al escultor Nelsón Varela y su obra " Bosque de Ensueño " realizada para el Museo Vial
UN BOSQUE DE ENSUEÑO PARA MARGARITA Desirée Depablos .
"Quiero ver la isla sembrada de bosques verdes, nos estamos quedando sin bosque" Nelson Varela, hace un alto en su trabajo para conversar sobre su experiencia en el I Simposio Internacional de Escultura en la Isla de Margarita, como artista al fin, demuestra una gran sensibilidad y sobre todo al hablar del tema ecológico, que ha sido una constante en su obra. "En mis comienzos, en los años 70 trabajaba con bambú, sacaba material para hacer mis esculturas y me veía obligado a reproducirlo. En ese tiempo hasta llene la GAN de Bambú que yo mismo sembré y lo mismo hice en otros lugares de Caracas. -¿Como te inicias en la escultura? -Digamos que soy autodidacta, esto se lleva por dentro. Se es o no se es, se nace con esto, el arte viene con uno, lo reconoces, aparece o lo descubres, no se aprende. Se aprende la técnica, pero no la creación. Siempre sentí amor por la observación, soy muy observador, Yo nunca me plantee ser escultor, de repente un día me vi en la encrucijada y tome el camino. - El artista comunica a través de su obra, ¿como llevas ese mensaje que quieres al público? - Tuve la oportunidad de vivir un tiempo con los Guarao y me di cuenta como las petroleras estaban acabado con lo criollo, menguando sus cosas, por ejemplo, sus casas, pasaron de ser palafitos a unas pequeñas y horribles casitas de bloques y sin árboles. Luego de eso cuando llegué a Caracas hice una exposición y realicé una obra, una especie de reclamo, eran unas lanzas que cruzaban toda la sala del museo y se clavaban en la pared, luego trabajé en varias instalaciones en las que tapaba la arquitectura con bambú o cuerdas. -Con esta obra ¿que quieres decirnos? -¡Estamos quedando sin bosques! La pieza se llama Bosque de Ensueño o Sueño de Margarita. Aquí en la isla, yo veo lugares que hace 30 años eran bosques y ahora no existen, a veces ni siquiera hay edificios, han tumbado los árboles por tumbarlos. Es un mensaje ecológico hay, que asumir un pensamiento: si tumbo un árbol debo sembrar 10, pero aquí se tumban 20 y no se siembra ninguno. Entonces ¿Vamos a sembrar bosques como este? Es muy lindo pero es una manifestación, yo quiero ver la isla sembrada de bosques verdes, palmeras y otras especies, vamos a convertir esto no solo en un museo sino en un Parque Botánico -¿Cómo asumiste el reto de trabajar con materiales diferentes a los que estás acostumbrado? -Nunca había hecho una obra totalmente con hierro, lo usaba como sustento o base. Pero me ha gustado, además me encanta la idea de reciclar, en mi trabajo siempre lo hago. A veces tomo una concha de mármol de una mesa o revestimientos de un edificio y los regreso a su origen, incluso ahora, los retazos de la pieza los utilicé para hacer otras de menor formato, no perdí nada. - ¿Cómo fue la experiencia de participar en el Simposio? -Fue formidable, es como cuando uno trabaja en un circo o en una película donde convives un mes o más con un grupo de gente que no solamente son escultores, son los obreros, organizadores, periodistas y se hace una amistad. Creo que mi obra va a ir siempre a la monumentalidad, porque además las participa todo el mundo, las obras de pequeño formato, son para alguien en particular. Esa es la gran diferencia. Estas obras las va a disfrutar un gran cantidad de público, tu puedes hacer una obra pequeña y te imaginas tu chiquitico, allí empieza a funcionar lo que es la monumentalidad.
Más información sobre otras obras puede verse en :
http://www.venezuela.net.ve/entretenimiento/index.php?entry=entry070824-101429
http://www.nuevalinea.com.ve/especial_margarita.htm
http://www.margaritahoy.com/noticias.asp?ntc=1379
domingo, 2 de septiembre de 2007
Noticias actuales sobre el Museo Vial
Estimados amigos seguidores del Museo Vial.
Las instalaciones de nuevas esculturas en el Museo Vial continuarán los próximos días. Faltan por instalar :
-Escultura llamada " Bosque de Bamboo para Margarita " del escultor venezolano Nelsón Varela.
- Escultura llamada " Interactracción " de escultor italiano Vladimiro Politano.
- Escultura "Un Cubo para Margarita " del escultor francés Pierre Petitjean.
- Escultura " Olida en Margarita " del escultor venezoloano Gilberto Bejarano.
- Escultura " El Triunfo de Manoa " del escultor venezolano Pedro Terán.
- Escultura " Piedras entre Vigas Arqueadas " del escultor margariteño y organizador del Primer SIEIM 2007 Humberto Cazorla.
- Para el próximo año se incorporará la escultura " Columna para Magarita " del escultor alemán Jochen Kitzbihler.
Asimismo, serán trasladadas a sus montículos las esculturas "Hoja Espartana " de Carlos Medina y " Desplegable para Margarita " de Luis Millé la cual será pintada de amarillo. La escultura " El Gran Pelicano " en piedra granitíca del escultor margariteño Valentin Malaver será trabajada in situ para lograr una mejor visión y diferenciación entre escultura y base , ambas de piedra.
El instituto IACENE tramita actualmente un crédito adicional ante la Gobernación del Estado Nueva Esparta para saldar las deudas pendientes y los trabajos de pintura y montaje de las esculturas, y de paisajismo e iluminación del Museo Vial. Los arquitéctos Sergi Carulla y Fernando Escorcia adelantan los proyectos de diseño ambiental e iluminación.
Paralelamente se adelantan gestiones ante empresarios y comerciantes de la Isla de Margarita a fin de obtener su colaboración económica para complementar los aportes de ejecútivo regional y poder pagar totalmente los costos de construcción del Museo Vial los cuales dada la calidad, cantidad y tamaño de las esculturas han sobrepasado las estimaciones iniciales pero están plenamente justificados al dejar para el patrimonio del Estado Nueva Esparta y disfrute de residentes y visitantes este hermoso museo de gran valor cultural y patrimonial.
INFORMACIÓN :
En Seattle, Washington, USA se realizará del 15 al 17 de octubre próximo la conferencia " Sculpture in Public, Part 1 : Sculpture Parks and Gardens.
Contácto : events@sculpture.org. Tel : 001-609-689-1051, Ext : 302
Les recomendamos visitar las siguientes páginas web sobre esculturas en parques y áreas públicas y otras esculturas :
Atentamente,
Ing. William Ramírez Molina
Presidente Comisión Organizadora Primer SIEIM 2007
Miembro Consejo Consultivo FEPAMV.
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